jueves, 16 de junio de 2011

MEMORIA VERDAD Y JUSTICIA

Por JUAN DIEGO CARBONE para LAMUGICAMNP


SE CUMPLE UN NUEVO ANIVERSARIO DEL HORROR, DEL ODIO, DE LA SIN RAZON Y DE LA VIOLENCIA DESATADA CONTRA EL PUEBLO ARGENTINO



El Bombardeo de la Plaza de Mayo, también conocido como la "Masacre de Plaza de Mayo", cometido el 16 de junio de 1955 en la ciudad de Buenos Aires (Argentina) delito de "lesa humanidad" de los mismos que serian protagonistas posteriormente del golpe del "Proceso" que asesino a tres generaciones de argentinos.
Un grupo de militares y civiles opuestos al gobierno del presidente Juan Domingo Perón intentó asesinarlo y llevar adelante un golpe de estado y, si bien fracasaron en su propósito, en el intento, varios escuadrones de aviones pertenecientes a la Aviación Naval, bombardearon y ametrallaron la Plaza de Mayo y la Casa Rosada, el edificio de la Confederación General del Trabajo y el edificio que la entonces residencia presidencial, causando la muerte de 308 personas y más de 700 heridos. Fue el bautismo de fuego de la Aviación Naval  y lo hizo alevosavente contra el Pueblo de su país.
Perón se había retirado al Ministerio de Guerra, a 200 metros de la Casa Rosada, por lo cual no estaba en ella al comenzar los ataques aéreos y el intento de asalto por fuerzas de tierra. La violencia, de una magnitud nunca vista anteriormente en Argentina, con la cual se ejecutó el hecho y el desprecio por la vida de las personas y los nombres claves de la joven oficialidad lo vincula indubitablemte  con el terrorismo de Estado aparecido años después en el país.

El 24 de febrero de 1946 se realizaron elecciones en las que Juan Domingo Perón fué elegido por el Peblo, Presidente de la Nación Argentina con el 55% de los votos. El gobierno de Perón se desarrolló con una fuerte oposición antiperonista, formada y organizada incluso antes de las elecciones, en la que se combinaban intereses británicos y estadounidenses en la región, confrontaciones de tipo racial y social, y cuestionamientos sobre la legitimidad democrática del peronismo.
En 1951 se produjo un primer intento fallido de golpe de estado por parte de ramas conservadoras del Ejército, con apoyo de algunos sectores civiles. Ese mismo año se realizaron las elecciones presidenciales en las que Perón volvió a ganar, ampliando su apoyo hasta alcanzar un 62,49%. de los votos emitidos. Las dificultades de la oposición para articular una opción política electoral al peronismo, impulsaría a muchos sectores a la actividad golpista e incluso terrorista.
El 15 de abril de 1953 se produjo un grave atentado terrorista contra una manifestación sindical organizada por la CGT en la Plaza de Mayo, resultando asesinados 5 trabajadores y 95 heridos.

Fracasado el golpe de 1951 algunos militares habían permanecido en estado de conspiración latente y a fines de 1954 el conflicto entre el gobierno y la Iglesia dio nuevo impulso a los golpistas. Dentro de los conspiradores había oficiales del Ejército de alta graduación como el general Eduardo Lonardi, que estaba en situación de retiro y el general Pedro Eugenio Aramburu que en razón de su destino no tenía mando de tropas. El 23 de abril los conspiradores lograron contar con el apoyo del general de brigada José León Bengoa, comandante de la Tercera División de Infantería con asiento en Paraná , Entre Ríos, que  tenía tropas a su mando y del coronel Eduardo Señorans, Jefe de Personal del Estado Mayor General del Ejército con asiento en el Ministerio de Ejército, a una cuadra de la Casa de Gobierno.
Entre los integrantes de la Marina de Guerra Perón tenía escaso apoyo. Los oficiales de la Marina tendían a identificarse, en su gran mayoría, con las clases sociales que Perón denunciaba sin cesar como la oligarquía y miraban con mal disimulada hostilidad sus programas sociales, así como su persona misma.
En 1951 hubo oficiales navales vinculados al intento de Menéndez pero el Servicio de Inteligencia de la Marina no colaboró para detectarlos. Luego de los hechos de violencia de 1953 se reactivó la conspiración e incluso se elaboraron dentro de la Marina varios planes que bajo la apariencia de ejercicios de guerra tenían como finalidad prepararse para una futura revolución en la que participara en especial laBase Puerto Belgrano y la flota de mar.
A comienzos de 1955 la tensión había crecido los conspiradores buscaron un oficial superior que encabezara el levantamiento y finalmente consiguieron que aceptara tal cometido el contralmirante de infantería de marina Samuel Toranzo Calderón.
Los conspiradores contactaron con los generales Lonardi y Aramburu y, finalmente, con el general Bengoa. Contaban con estos apoyos militares pero no fue mucho lo que pudieron cosechar dentro de los partidos políticos pues si bien los nacionalista-católicos de derecha - y el Partido Socialista de Argentina (de izquierda) acordaban el derrocamiento de Perón no compartían nada en común. Los conspiradores habian definido ningún acuerdo sobre el programa que seguirían una vez consumado el derrocamiento fuera de establecer un régimen en cabezado por una Junta cívico-militar formada también por los civiles Miguel Ángel Zavala Ortiz,perteneciente al sector unionista que acababa de perder el control de la Unión Cívica Radical, Adolfo Vecchi  del Partido Demócrata Nacional, de tendencia conservadora, y Américo Ghioldidel Partido Socialista . También participaron en las instancias conspirativas Mario Amadeo y Luis María de Pablo Pardo, de extracción nacionalista católica.

Los golpistas encontraron propicio para sus fines la disputa mantenida entre el gobierno y la Iglesia, que no sólo logró aumentar la tensión entre el mismo y la oposición sino que además estaba generando resistencia dentro de sus propias filas.Perón impulsaba la convocatoria a una convención constituyente que decidiera la separación de la Iglesia y el Estado.

"Hay muchos que desean que la Iglesia sea independiente del Estado; otros, que la Iglesia esté en el Estado, como actualmente. Lo justo es esperar la elección y que la mayoría del pueblo sea la que decida, y no decidir por la violencia." J.D.PERON.

En este marco  se produciría la Procesión del Corpus Christi inicialmente prevista y autorizada para el jueves 9 de junio, la Iglesia decidió retrasarla dos días pensando reunir más participantes pero el Ministro del Interior le comunicó que no podía autorizarla como festividad religiosa para la nueva fecha por lo cual la ceremonia de ese día debería ser exclusivamente dentro de la Catedral.
El 11 de junio se produjo la movilización opositora, desplazándose desde la zona de la Catedral a la zona del Congreso Nacional. Las crónicas de la época reseñan que los activistas dañaron placas conmemorativas a la figura de Eva Perón, fallecida dos años antes,  e izaron la bandera del Vaticano en lugar de la bandera argentina en el mástil del Congreso.
Esto incrementó las tensiones, luego de que grupos que simpatizaban con Perón chocaran con los grupos opositores y clericales. El 13 de junio los monseñores Tato y Novoa, figuras del movimiento clerical, salieron del país y un día después, en un mensaje a la multitud reunida en la Plaza del Congreso el Presidente Perón, expresó:

"Desagraviar nuestra bandera en nuestros días tiene para mí el más profundo significado. Las banderas tienen, según las patrias y las comunidades que representan, el reflejo del espíritu de un tiempo y de una época. Nuestra bandera [...] no debió ser agraviada por los hombres".

El 16 el gobierno había organizado un acto de desagravio a la bandera nacional, quemada. El ministro de Aeronáutica, brigadier mayor Juan Ignacio de San Martín, dispuso que la aviación testimonie su adhesión al presidente de la República, desagraviando a la vez la memoria del general José de San Martín. Para esto decidió que una formación de aviones sobrevuele la Catedral de Buenos Aires, donde descansan los restos del Libertador. El anuncio del desfile reunió en Plaza de Mayo a un numeroso público. Era un acto cívico-militar en solidaridad con el gobierno frente a los embates de la oposición.

Mientras ocurrían estos hechos el contralmirante Toranzo Calderón fue advertido por el Servicio de Inteligencias Navales de que su implicancia personal en el movimiento golpista había sido descubierta por el Servicio de Informaciones de la Fuerza Aérea, organismo que simpatizaba con Perón-
Toranzo Calderón, ante el temor de ser arrestado y puesto a disposición del Poder Ejecutivo, decidió apresurar una acción militar contundente.
La noche del 15 de junio el ministro de Ejército general Franklin Lucero fue informado por su ayudante que se produciría una levantamiento  en las primeras horas del día siguiente pero no le dio crédito a la noticia ni la informó a Perón.
El plan consistía en aprovechar un vuelo-homenaje de desagravio a la bandera nacional que despegaría a las 8 de la mañana, y bombardear la Casa de Gobierno y el Ministerio de Guerra con el objetivo de eliminar a Perón o provocar un duro golpe psicológico contra su administración.
Tropas del Batallón de Infantería de Marina 4 (BIM4) al mando del vicealmirante Benjamín Gargiulo, que pocas horas antes había sido enterado y se había plegado a la sedición, avanzarían desde la Dársena Norte del Puerto de Buenos Airespara tomar la Casa de Gobierno, con el apoyo armado de grupos civiles apostados en la Plaza. Se había previsto la toma de la emisora de Radio Mitre y de la central deTeléfonos del Estado para difundir una proclama revolucionaria redactada por Miguel Ángel Zavala Ortiz. Se pensaba movilizar las unidades navales de la Marina de Guerra. Los golpistas contaban con recibir apoyo —una vez iniciados los hechos— por parte de otros sectores del Ejército y de la oposición que no habían sido consultados.

En horas de la mañana del 16 de junio el vicealmirante Gargiulo arengó a sus hombres del Batallón de Infantería de Marina 4, quienes no estaban al corriente de la acción que se les pediría emprender, para que actuaran por la Patria y por su comandante, enviando luego a la tropa para que tomara la Casa Rosada. A los pocos minutos se les ordenó regresar: el despegue de los rebeldes de Punta Indio, estipulado para las 8 de la mañana, se había retrasado hasta las 10.45 por la niebla matinal, y el plan requería la coordinación con el ataque aéreo. La Flota de Mar tampoco pudo salir de Puerto Belgrano por falta de coordinación y por supuestos problemas técnicos en las calderas de sus buques.
Para el mediodía Perón fue notificado de estos extraños movimientos por el Ministro de Guerra, general Franklin Lucero. Mientras se desarrollaba esta junta en el Ministerio de Guerra se produjo el ataque aéreo "se dispuso a sofocar la rebelión".

A las 12.40, la escuadra de treinta y cuatro aviones de la Marina de Guerra argentina que había estado sobrevolando la ciudad desde hacia bastante tiempo, iniciaron sus bombardeos y ametrallamientos al área de la Plaza de Mayo.
La sorpresa del ataque cayo sobre la población indefensa, que realizaba sus actividades normales debido a que era un día hábil. Entre las primeras víctimas se contaron los ocupantes de los vehículos de transporte público de pasajeros. Un trolebús repleto recibió una bomba de lleno, muriendo todos sus ocupantes.
Este ataque a la población civil de su propio país fue el bautismo de fuego de la Aviación Naval Argentina. Se arrojaron 9500 kg de bombas, causando la muerte a 308 personas y heridas a más de 800. Como los confabulados no consiguieron bombas de alto poder explosivo emplearon contra la ciudad abierta bombas de fragmentación de 50 kg de trotyl, provocando rápidamente cientos de víctimas y daños materiales.
Este fue el cuarto bombardeo sobre Buenos Aires; el primero en ocasión de las Invasiones Inglesas de 1806 y 1807, el segundo en ocasión del Combate de Los Pozos (1826) y el tercero cuando se produjo la Revolución del Parque (1890).
Las evacuaciones médicas se iniciaron de inmediato, algunas incluso entre los bombardeos aéreos y fueron realizadas por los habitantes que se encontraban en las inmediaciones. Esto causo que algunos más cayeran heridos o muertos.

Desde el interior de la Casa de Gobierno y el Ministerio de Guerra comenzó a organizarse la resistencia armada. Las tropas golpistas del Batallón 4 fueron transportadas presurosamente en camiones a primeras horas de la tarde y desplegadas en Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, pero fueron repelidos desde el interior por efectivos del Regimiento de Granaderos a Caballo y desde el exterior por tropas del Ejército que marchaban desde el sector del Ministerio de Hacienda bajo el mando del general Lucero. Las tropas leales fueron acompañadas por simpatizantes peronistas que empuñaron las armas.
Perón no deseaba que en la lucha se incluyeran civiles, estos fueron convocados por el Secretario General de la CGT Hugo Di Pietro, y por los dirigentes de la Alianza Libertadora Nacionalista. Los hombres se concentraron pronto en el sector noroeste de la plaza,  desde el Ministerio de Guerra también se hacía fuego contra los golpistas.
El Batallón 4 se replegó en desorden hasta el Ministerio de Marina, a poca distancia de la Casa de Gobierno, combatiendo por las calles, quedando las fuerzas golpistas cercadas junto con su líder Samuel Toranzo Calderón y el Ministro de Marina Aníbal Olivieri, plegado éste último al golpe por un acto de «identificación moral» con los rebeldes. Los comandos civiles rebeldes entraron en acción bajo el mando de Zavala Ortíz, hostigando a los leales y enfrentándose con la policía. Durante la tarde, desde el sector del Correo Central, tropas adicionales del Batallón 4 de infantería de Marina intentaron perforar el cerco establecido por los leales sobre el Ministerio de Marina.
Después de la primera hora de bombardeo los gremios empezaron a convocar a los obreros para organizar una Marcha de Resistencia a la Plaza de Mayo en defensa del Presidente Perón. Una bomba cayó sobre la convocatoria a las 13.30 y mató a Armando Fernández, de la Asociación de Trabajadores Jaboneros, Perfumistas y afines. Su cuerpo entró en la morgue de La Matanza horas más tarde.

Mientras recrudecian los tiroteos en el centro porteño el mando leal ordenó a la Base Aérea Militar de la Fuerza Aérea en Morón el despegue de interceptores a reacción. Los pilotos se encontraban en acaloradas discusiones sobre si debían adherirse o no al movimiento que pretendia derrocar al Gobierno. Rápidamente se hizo al aire una escuadrilla de cuatro Gloster Meteor leales al gobierno. Si bien no pudieron impedir el bombardeo, lograron interceptar una escuadrilla naval rebelde que se retiraba de la zona. La escuadrilla de interceptores Meteor Leales estaba al mando del 1er. Tte. Juan García (volando el Meteor I-039), 1er. Tte. Mario Olezza (I-077), 1er. Tte. Osvaldo Rosito (I-090) y el Tte. Ernesto Adradas (I-063), frente a las máquinas rebeldes AT-6 Texan, pilotadas por el Tte. de Corbeta Máximo Rivero Kelly (en el Texan 0342/3-A-29) y el guardamarina Armando Román (0352/3-A-23). El combate se produce a baja altura sobre el Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery y el Río de la Plata, cayendo el Texan del rebelde Román bajo los cañones de Adradas.
Román pudo saltar en paracaídas cayendo al río y Adradas logró el primer derribo de la FAA y el primer derribo de un reactor en el continente americano. Fue el verdadero bautismo de fuego de la Fuerza Aérea Argentina, que volvería a actuar en el Atlántico Sur, en 1982, contra las fuerzas británicas durante la Guerra de las Malvinas.
La Base Aérea de Morón caería por poco tiempo en manos rebeldes, que pudieron capturar cuatro Gloster Meteors. Los hicieron despegar  con pilotos golpistas para continuar ametrallando la zona de Plaza de Mayo en apoyo a las tropas sublevadas emplazados en la zona del Ministerio de Marina, extendiendo sus acciones hasta las 17.20. Al no contar con bombas uno de estos aviadores empleó su tanque de combustible como si fuese una bomba de napalm, que cayó sobre los automóviles que se encontraban en el estacionamiento de la Casa de Gobierno.

Ante el fracaso del combate en tierra y tras sufrir dos derribos por las baterías antiaéreas montadas en la zona, los aviadores rebeldes reciben la orden de huir al territorio uruguayo, pidiendo asilo. Miguel Ángel Zavala Ortiz logró llegar en avión aUruguay junto con otros 50 conspiradores. Algunos aparatos no llegaron a aterrizar en el territorio uruguayo por el excesivo consumo de combustible invertido en los ametrallamientos por lo que sus pilotos debieron descender forzosamente al Río de la Plata o en campos de la zona de Carmelo (Uruguay).
Treinta aviones rebeldes se dirigieron al aeropuerto de Carrasco, Uruguay, para buscar refugio en el vecino país. Iba con ellos Zavala Ortiz, . Los pilotos golpistas ,en su huida, bombardearon cobardemente  todo lo que se movía en la Plaza de Mayo. Hasta que la autodenominada Revolución Libertadora derrocara al segundo gobierno del general Perón los sediciosos fugados siguieron exiliados en territorio oriental.
Tras el duro combate terrestre, que incluyó un incidente de falsa rendición por parte de los rebeldes, éstos decidieron entregar el Ministerio de Marina a las unidades del Ejército. Gargiulo se suicidó en horas de la noche.
En un mensaje radial emitido a las 17.15, el General Perón afirmó que:

"la situación está totalmente dominada. El Ministerio de Marina, donde estaba el comando revolucionario, se ha entregado y está ocupado, y los culpables, detenidos",

Instó a la población:

"nosotros, como pueblo civilizado, no podemos tomar medidas que sean aconsejadas por la pasión, sino por la reflexión".

LA SIN RAZON, EL ODIO, LA INTOLERANCIA, Y EL CIPAYISMO, VOLVERIAN A HACERSE PRESENTE CON EL DERROCAMIENTO DE LA SEÑORA PRESIDENTE DE LA NACIÓN, ISABEL MARTINEZ DE PERON. 
DE ESE NUEVO GOLPE GORILA, LOS CONDUCTORES ERA LOS JOVENES OFICIALES QUE PARTICIPARON DE LA "REVOLUCION FUSILADORA",  JORGE RAFAEL VIDELA, SUAREZ MASON, GNAVI, GALTIERI, CACCIATORE Y TANTOS OTROS MILITARES QUE DESHONRARON A SU UNIFORME Y A LA PATRIA, LEVANTANDO SUS ARMAS PODEROSAS  DEFENDIENDO INTERES FORANEOS CONTRA EL PUEBLO ARGENTINO...!!!

HONOR Y GLORIA AL PUEBLO ARGENTINO Y A TODOS LOS CAIDOS DEFENDIENDO SUS CONVICCIONES Y SU PAIS  ESE TRAGICO 16 DE JUNIO DE 1955...!!! 

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